La
educación en valores es el proceso por el cual las personas incorporan normas
éticas en su aprendizaje habitual.1 Puede ser una actividad que tenga lugar en
cualquier organización de enseñanza formal o no formal, donde las personas
reciben a través de la educación, pautas morales para una convivencia orientada
en principios y valores humanos.
La
educación en valores se basa en la experiencia individual y colectiva, para
evaluar la eficacia de determinados comportamientos asociados con el bienestar
y la reflexión.
Educación
en valores a nivel de comunidad.
La
misma puede tener lugar en el hogar, así como en las escuelas, colegios,
universidades, cárceles y organizaciones de diversa índole.
Hay
dos enfoques principales para esta concepción pedagógica, algunos lo ven como
una forma posible de inculcar o transmitir una serie de valores que a menudo
provienen de reglas sociales, religiosas, éticas o culturales, mientras que
otros lo conciben como una especie de diálogo socrático donde las personas
estiman en forma gradual la propia comprensión de lo que es la buena conducta
para ellos y su comunidad.
Educar
en valores significa extender el alcance de la educación de manera que no se
limite a la enseñanza y el aprendizaje de materias, habilidades y temarios,
planteándose metas relacionados con el ámbito moral y el civismo, con objetivo
final de formar ciudadanos responsables.
Características
De
acuerdo al marco teórico descrito, la educación en valores se centra en
establecer una perspectiva referida a la acción pedagógica, no concibiéndose
como una negación de los valores como objetivos o ideales, sino que se centra
en la premisa de que es la misma persona la que va auto-construyendo su
aprendizaje a través de la interacción social donde asimila valores, desecha
anti-valores y reorganiza en forma jerárquica su propia normativa o escala de
valores.
La
crisis de valores es un fenómeno cuyas causas no son directamente imputables
sólo al sistema educativo del país, por muy deteriorado que se le encuentre a
la calidad de la educación que imparte, particularmente en las instituciones
públicas. Las causas del fenómeno en mención tienen una raigambre social muy
compleja.
Identidad cultural
Identidad
Cultural es el sentimiento de identidad de un grupo o cultura, o de un
individuo, en la medida en la que él o ella es afectado por su pertenencia a
tal grupo o cultura.
Está
dada por un conjunto de características que permiten distinguir a un grupo
humano del resto de la sociedad y por la identificación de un conjunto de
elementos que permiten a este grupo autodefinirse como tal. La identidad de un
pueblo se manifiesta cuando una persona se reconoce o reconoce a otra persona
como miembro de ese pueblo. La identidad no es otra cosa que el reconocimiento
de un pueblo como "si mismo".
De
manera que la condición natural de la cultura es que ésta varía -se diferencia,
cambia en poco o en mucho - en lo que se refiere a sus contenidos entre grupos
humanos; por esta razón, no es posible encontrar dos comunas que sean
idénticas, dos poblaciones de una ciudad, o dos regiones en el país que no
muestres diferencias en los elementos que componen su cultura. Es decir,
costumbres, valores, normas, lenguajes y simbolismos van a cambiar de grupo en
grupo humano haciendo que cada uno de ellos exprese su propia identidad
cultural.
Identidad y Cultura
La
construcción de identidad se ha considerado a lo largo de la historia como un
proceso al mismo tiempo cultural, material y social. Cultural, porque los
individuos se definen a si mismos en términos de ciertas categorías
compartidas, cuyo significado está culturalmente definido, tales como religión,
género, clase, profesión, etnia, sexualidad, nacionalidad que contribuyen a
especificar al sujeto y su sentido de identidad. Estas categorías podríamos
llamarlas identidades culturales o colectivas. Es material en cuanto los seres
humanos proyectan simbólicamente su sí mismo, sus propias cualidades en cosas materiales,
partiendo por su propio cuerpo; se ven a sí mismos en ellas y las ven de
acuerdo a su propia imagen.
El
medio social no sólo nos rodea, sino que también está dentro de nosotros. En
este sentido se podría decir que las identidades vienen de afuera en la medida
que son la manera como los otros nos reconocen, pero vienen de adentro en la
medida que nuestro auto-reconocimiento es una función del reconocimiento de los
otros que hemos internalizado.
La
identidad no es puramente una construcción pasiva constituida por las
expectativas de los otros, es un proceso de interacción por medio del cual la
identidad del sujeto es construida no sólo como una expresión del
reconocimiento libre de los otros, sino también como resultado de una lucha por
ser reconocido por los otros.
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